lunes, 8 de julio de 2013

A MODO DE FINOS BOMBONES

Ayer, 7 de julio, celebramos el sexto aniversario del Motu Proprio Summorum Pontificum, uno de los dones más grandes que el pontificado de Benedicto XVI habrá dejado a la Iglesia. Los frutos de piedad, unidad, sacralidad y amor al sacerdocio ya se dejan sentir en todo el orbe católico; y es solo el inicio de un nuevo movimiento litúrgico al que todos debemos sentirnos convocados. A modo de finos bombones ofrezco unas cuantas citas para saborearlas por este feliz aniversario.

“El Pueblo de Dios necesita ver, en los sacerdotes y en los diáconos, un comportamiento lleno de reverencia y de dignidad, que sea capaz de ayudarle a penetrar las cosas invisibles, incluso sin tantas palabras y explicaciones. En el Misal Romano, denominado de San Pío V, como en diversas Liturgias orientales, se encuentran oraciones muy hermosas, con las cuales el sacerdote expresa el más profundo sentimiento de humildad y de reverencia delante de los santos misterios: ellas, revelan la sustancia misma de cualquier Liturgia. (Beato Juan Pablo II, septiembre-2001)

“No obstante, el Misal Romano promulgado por San Pío V y nuevamente por el beato Juan XXIII debe considerarse como expresión extraordinaria de la misma Lex orandi y gozar del respeto debido por su uso venerable y antiguo… Por eso es lícito celebrar el Sacrificio de la Misa según la edición típica del Misal Romano promulgado por el beato Juan XXIII en 1962, que no se ha abrogado nunca, como forma extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia”. (Benedicto XVI, julio-2007)


“No hay ninguna contradicción entre una y otra edición del Missale Romanum. En la historia de la Liturgia hay crecimiento y progreso pero ninguna ruptura. Lo que para las generaciones anteriores era sagrado, también para nosotros permanece sagrado y grande y no puede ser improvisamente totalmente prohibido o incluso perjudicial. Nos hace bien a todos conservar las riquezas que han crecido en la fe y en la oración de la Iglesia y de darles el justo puesto. Obviamente para vivir la plena comunión tampoco los sacerdotes de las Comunidades que siguen el uso antiguo pueden, en principio, excluir la celebración según los libros nuevos. En efecto, no sería coherente con el reconocimiento del valor y de la santidad del nuevo rito la exclusión total del mismo”. (Benedicto XVI, julio-2007)

“El simbolismo Litúrgico nos ayuda a elevarnos por encima de lo que es humano a lo que es divino. En este sentido, es mi firme convicción de que el Vetus Ordo representa en gran medida y de la manera más satisfactoria, que llaman mística y trascendente, para el encuentro con Dios en la liturgia. Por lo tanto ha llegado el momento para nosotros de, no sólo renovar la nueva liturgia a través de cambios radicales, sino también de alentar más y más la vuelta del Vetus Ordo, como un camino para una verdadera renovación de la Iglesia…” (Cardenal Malcolm Ranjith, diciembre-2011)

“Hoy en el retomar algunas veces el rito extraordinario, también yo he redescubierto la riqueza de la antigua liturgia que el Papa quiere mantener viva, conservando aquella forma centenaria de la tradición romana” (Cardenal Darío Castrillón, marzo- 2008)

“…el uso del misal antiguo no está solo relacionado con un discutible amor por los formalismos y el aspecto exterior de la celebración sino que restablece la comunión de cada sacerdote con todos los cristianos en espacio y tiempo, poniéndolo en comunicación con el pasado, con los santos y con los mártires” (Don Nicola Bux, abril-2009)

“No se trata de poner en competencia el antiguo rito con la nueva Misa… Se trata de entender cómo la restitución de la libertad al antiguo rito, levanta una nueva barrera para el secularismo avanzante”. (Roberto de Mattei, Septiembre-2008)

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