viernes, 10 de enero de 2014

CRISTO HA EMBELLECIDO EL MUNDO


Christus apparuit nobis: venite adoremus! Es la sencilla y fundamental invitación que la Iglesia nos dirige en estos días posteriores a la Epifanía del Señor. Nada más nacer, Cristo comienza a manifestarse gradualmente: a los pastores, a los reyes de oriente, al pueblo de Israel, al mundo entero. Y su manifestación es la más plena irrupción de luz, de alegría y de belleza que este pobre mundo nuestro, desfigurado, tenebroso y triste por la fuerza destructora del pecado, ha podido recibir. Solo esta epifanía de gracia salva al mundo y lo vuelve habitable. Con  particular sabiduría lo predicaba San Proclo de Constantinopla en el siglo V: “Cristo apareció en el mundo, y, al embellecerlo y acabar con su desorden, lo transformó en brillante y jubiloso”. Sí, venite adoremus, vamos y adoremos.

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