viernes, 11 de julio de 2014

SAN BENITO, REFORMARSE PARA REFORMAR

Hoy, fiesta de San Benito Abad, recojo un par de párrafos del Papa Benedicto XVI tomados de la Audiencia que dedicó a su santo Patrono. San Benito, al igual que otros muchos santos fundadores, sabía que todo auténtico servicio a la Iglesia debe comenzar por una profunda renovación del corazón. Además, su inolvidable máxima: Christo omnino nihil præponant, no antepongan nada absolutamente a Cristo, es la senda segura para resguardar el culto y la alabanza a Dios del antropocentrismo que nos acecha.

"El período que pasó en Subiaco, un tiempo de soledad con Dios, fue para san Benito un momento de maduración. Allí tuvo que soportar y superar las tres tentaciones fundamentales de todo ser humano: la tentación de autoafirmarse y el deseo de ponerse a sí mismo en el centro; la tentación de la sensualidad; y, por último, la tentación de la ira y de la venganza".

"San Benito estaba convencido de que sólo después de haber vencido estas tentaciones podía dirigir a los demás palabras útiles para sus situaciones de necesidad. De este modo, tras pacificar su alma, podía controlar plenamente los impulsos de su yo, para ser artífice de paz a su alrededor. Sólo entonces decidió fundar sus primeros monasterios en el valle del Anio, cerca de Subiaco". (Benedicto XVI, Audiencia general, miércoles 9 de abril de 2008)

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