jueves, 3 de julio de 2014

TOMÁS UN APÓSTOL DECIDIDO

Extracto de la audiencia de Benedicto XVI (miércoles 27 septiembre de 2006) dedicada al apóstol Tomás:
“El cuarto Evangelio, en particular, nos da datos sobre algunas características significativas de su personalidad. La primera es la exhortación que hizo a los demás apóstoles cuando Jesús, en un momento crítico de su vida, decidió ir a Betania para resucitar a Lázaro, acercándose así de manera peligrosa a Jerusalén (Cf. Marcos 10, 32). En aquella ocasión Tomás dijo a sus condiscípulos: «Vayamos también nosotros a morir con él» (Juan 11, 16). Su determinación a la hora de seguir al Maestro es verdaderamente ejemplar y nos ofrece una enseñanza preciosa: revela la total disponibilidad de adhesión a Jesús hasta identificar la propia suerte con la suya y querer compartir con Él la prueba suprema de la muerte. De hecho, lo más importante es no alejarse nunca de Jesús. Cuando los Evangelios utilizan el verbo «seguir», quieren explicar que adonde se dirige Él tiene que ir también su discípulo. De este modo, la vida cristiana se define como una vida con Jesucristo, una vida que hay que transcurrir con Él. San Pablo escribe algo parecido cuando tranquiliza con estas palabras a los cristianos de Corinto: «en vida y muerte estáis unidos en mi corazón» (2 Corintios 7, 3). Lo que se da entre el apóstol y sus cristianos tiene que darse ante todo en la relación entre los cristianos y el mismo Jesús: morir juntos, vivir juntos, estar en su corazón como Él está en el nuestro”.

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