viernes, 16 de septiembre de 2016

UNA ORACIÓN SENCILLA Y SUBLIME

Las oraciones que toman su origen de una piedad popular de siglos suelen unir a la tierna devoción que las caracteriza una profundidad teológica maravillosa. Algo que por lo general no logran alcanzar las oraciones confeccionadas en los modernos laboratorios de pastoral litúrgica. El «Bendita sea tu pureza» me parece una buena muestra de ello.





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